Construido sobre un entramado de hierro y pintado de color rojo, el puente de las Pescaderías Viejas atraviesa el Onyar y comunica el casco antiguo de Girona con la zona más moderna de la ciudad.
El año 1876, con el fin de sustituir las antiguas pasarelas, las de madera que servían para atravesar el río, el Ayuntamiento contrató Gustave Eiffel, conocido por sus trabajos con el hierro. Una vez terminado el puente, los gerundenses lo llamaron de varias maneras -puente de Hierr...o, puente Eiffel o Palancas rojas-, pero la forma oficial con la que se acabaría conociendo es como Puente de las Pescaderías Viejas, en memoria de la lonja de pescado que había antiguamente cerca del río.
El año 1876, con el fin de sustituir las antiguas pasarelas, las de madera que servían para atravesar el río, el Ayuntamiento contrató Gustave Eiffel, conocido por sus trabajos con el hierro. Una vez terminado el puente, los gerundenses lo llamaron de varias maneras -puente de Hierr...o, puente Eiffel o Palancas rojas-, pero la forma oficial con la que se acabaría conociendo es como Puente de las Pescaderías Viejas, en memoria de la lonja de pescado que había antiguamente cerca del río.
Quien no lo ha atravesado y fotografiado con su cámara. Lo complicado casi siempre es poder realizar la instantánea sin que aparezcan personas cruzando de un lado a otro.
Desde el puente, además de disfrutar de un referente arquitectónico ligado a la revolución industrial, se pueden ver las casas colgadas sobre el Onyar. Estos edificios presentan unas fachadas espectaculares pintadas en diversas tonalidades que configuran una de las imágenes más emblemáticas de la ciudad de Girona, pero en este caso quería que el puente representase el motivo único de mi fotografía y eliminé la saturación de todos los colores a excepción del rojo intenso del puente.
Desde el puente, además de disfrutar de un referente arquitectónico ligado a la revolución industrial, se pueden ver las casas colgadas sobre el Onyar. Estos edificios presentan unas fachadas espectaculares pintadas en diversas tonalidades que configuran una de las imágenes más emblemáticas de la ciudad de Girona, pero en este caso quería que el puente representase el motivo único de mi fotografía y eliminé la saturación de todos los colores a excepción del rojo intenso del puente.
