miércoles, 12 de abril de 2017

CINCO VILLAS


En esta España llena de capitales y de grandes superficies donde pasar largas horas ociándose de productos de consumo y  donde se desconoce que hace muchos años existieron otros terrenos, otros lugares donde los habitantes salían a pasear por las afueras de sus pueblos, sin tiendas ni escaparates, en sus días festivos hacían eso y nada más, esos pueblos de la España de los trashumantes. Sus habitantes marcharon a las lejanas Américas en busca de fortuna, grandes salas de cine, bulevares,  lugares donde comerse una hamburguesa….y un trabajo en fabricas productivas y bien remunerado. Mientras sus hogares perdían primero el tejado y más tarde la vida. Abandonados, como si de una lacra se tratase. Y allí están todavía, abandonados en su eternidad. El bullicio que en su día tuvieron las plazas mayores de cada pueblo terminó, solo queda la gente que pasa, mira, fotografía y se va. Y los pueblos siguen pereciendo, muy poco a poco, para que su dolor sea así más intenso.