Había una vez en el pirineo catalán, un lago llamado "Sant Maurici". Estaba custodiado por dos guardianes "encantats", dos picos hermosos de 2734 y 2748 m. de altura. Desde la base del lago subía en fuerte pendiente una senda hasta la canal dels encantats, que aún en pleno verano, mantenía un gran helero. Ese año ascendimos el gran encantat para acabar pasando noche en el refugio de Amitges. A la mañana siguiente, ya bajando hacia el lago, pudimos ver a lo lejos el inmenso paredón que escalamos la jornada anterior. "Els Encantats" nos saludaban, deseándonos grandes hazañas. Momentos únicos en nuestras vidas.
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