–¿Qué gigantes? –dijo Sancho Panza. –Aquellos que allí ves –respondió su amo– de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.
¿No es acaso este capítulo de Don Quijote una perfecta metáfora de la vida en si? "Quitándole lo quijotesco" y dejando la reflexión de cómo es la lucha por conseguir encajar, en un mundo lleno de trampas autoimpuestas por el propio hombre en pos de intereses poco nobles...
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