En este mundo de locos, donde no
somos pocos los que pensamos que no pertenecemos a él, voy sintiendo que mis
pasos nunca fueron míos del todo y quizás, tal vez el camino estuviera marcado.
En este lugar reservamos mesa para dos y contemplamos el infinito.
Fue entonces cuando vi que lindo
maestro es la vida, que te repite el examen hasta que por fin lo apruebes y si
no es en esta vida, lo haremos en la siguiente.
Yo seré un alumno más, eternamente.
Ahora que sé, donde el amor mora,
en el presente, en el ahora.
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