Uno de los lugares más elevados desde donde he podido
fotografiar ha sido el “Monte Perdido” a 3355 m. de altura, tercer pico más
alto del Pirineo. El paraje es casi lunar, justo antes de llegar a la cima y después
de subir por toda la pala que denominan la escupidera, me giré y disparé hacia
el lago helado, era agosto, y había perdido
el manto de nieve que lo cubre casi todo el año. Ese día anduve 16 horas
seguidas y me sentí “perdido” en los cielos.
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