Realizando un pedacito del "camí de ronda" por la Costa Brava, cerca de Palamós, el camino pasa por delante de unas casas de pescadores antiguas y que actualmente están muy bien cuidadas. A esta parte no pueden acceder coches, es encantadora: el blanco de las casas, el colorido de las puertas y ventanas y las barcas al lado del mar. Parece que el tiempo se ha parado allí. En la cala, los propietarios de las casas comen en las mesas de sus porches son importarles las pocas personas que por allí se pasean. Desde un turón entre bosque fotografié aprovechando la luz de un día repleto de nubes blancas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario