"Allá donde se cruzan los caminos..." Fue en un invierno frio,
cuando viajé a Madrid por primera vez. Una gran familia me acogió, conocerla significó
para mí un nuevo despertar. Preciosos días recorrí por calles estrechas con
esencia a años pasados, cafeterías con deliciosas porras con chocolate, parques
inmensos y palacios reales guardados por guardianes. Disparé y disparé hasta
que la tarjeta de memoria se llenó de imágenes infinitas. Una de ellas, en el
parque del Retiro, y con el Palacio de Cristal asomando por la ventana de una
cueva hacia el lago. Mientras encuadraba la instantánea, un rayo de luz de
atardecer hacía acto de presencia, entonces apreté otra vez el disparador.
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