Un monolito en la entrada del pueblo, recuerda a los
montañeros nacidos en esta villa de Aragón y que perecieron en los Alpes,
Alberto Rabadá y Ernesto Navarro,
grandes escaladores y alpinistas.
Desde el Mirador de los Buitres los atardeceres de verano,
la luz del sol se filtra entre estos peñascos que hoy, multitud de escaladores
trepan buscando la esencia que dejaron aquellos que con alpargatas y cuerdas de
cáñamo empezaron conquistando diferentes vías y pasos de grados extremos. Eso les
hace estar vivos.
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